1 minuto(s) de lectura

No se como empezar este post, pero es necesario para poder seguir con el blog y con el viaje.

Es muy difícil describir lo que te echaremos de menos, no solo Sandra y yo, estoy seguro de que cualquiera que haya pasado un poco de tiempo contigo sentirá enormemente que ya no estés, que ya no sea posible coger un teléfono y, por muy lejos que estuvieses, mantener una conversación…

Nos conocimos hará unos 16 años y desde el primer día nuestra amistad no hizo más que crecer. Fuente de muy buenos consejos y conversaciones, días enteros patinando en “lasa”, deusto o “la kantera”, salidas a escalar, algún que otro viaje juntos…
Una persona increíble con una vitalidad enorme.
Tú me llamabas “hermanito” y para mí eras, además de un GRAN amigo, como un hermano mayor. Fuiste, entre otras muchas cosas, el primero que metió en mi cabeza la idea de viajar y quien me ayudó a dar el paso definitivo para empezar esta aventura.

A lo largo de estos años me has aportado tanto que te voy a llevar conmigo siempre. Resumiendo… Si no fuese por ti, yo no me llamaría “sito” y seguramente hoy no estaría contando mi viaje por el mundo junto a Sandra.

Por suerte, a día de hoy creo que no hay nada que me haya quedado por decirte o contarte en persona, pero necesitaba compartirlo por escrito, por ahora en el mundo digital y en cuanto encuentre la forma, en el mundo real:

GRACIAS, PIWI

El día que descubrimos El Salto del Nervión desde abajo.
El día que descubrimos El Salto del Nervión desde abajo.
PD: mucho ánimo y fuerza a amigos/as y familiares.